LA DIETA MEDITERRANEA: POR QUE ES TAN RECOMENDADA.
Una de las características
más relevantes de la dieta mediterránea es su capacidad de disminuir el riesgo
cardiovascular, lo que ha sido demostrado por estudios epidemiológicos. Una mezcla
correcta de componentes puede derivar en claras ventajas para la salud de
quienes la consumen.
Desde los años sesenta se ha
comunicado que la dieta de los países del sur de Europa proporciona beneficios
para la salud, disminuye la enfermedad coronaria, cáncer (mama, colorectal,
próstata), diabetes, enfermedades asociadas al daño oxidativo e incrementa la
longevidad y la calidad de vida.
Una de las características
más relevantes de la dieta mediterránea, es su capacidad de disminuir el riesgo
cardiovascular, lo que ha sido demostrado por estudios epidemiológicos.
La acepción “dieta mediterránea”
como una sola entidad no es correcta, ya que no existe un tipo único de
alimentación en la región mediterránea. Más de 15 países bordean el Mar
Mediterráneo y sus hábitos alimentarios, los tipos de alimentos producidos y
sus culturas culinarias, varían considerablemente.
¿De dónde viene? El concepto
de dieta mediterránea inicia del análisis crítico de las dietas, por medio de
la selección de los componentes que se asociaban con una mayor expectativa
de vida, menor incidencia de enfermedad
coronaria y cerebrovasculares, y tasas más bajas de cáncer; dado que las tasas
de mortalidad por estas enfermedades eran mucho más bajas.
La dieta mediterránea se
caracteriza por ser baja en grasas saturadas y alta en monoinsaturadas,
balanceada en ácidos grasos poliinsaturados (omega 6 y omega 3) baja en
proteína animal, rica en hidratos de carbono complejos y rica en fibras, lo que
se traduce en un consumo relativamente alto de pescado y carnes blancas,
cereales y leguminosas, frutas y verduras, aceite de oliva como principal
fuente de grasa, una cantidad baja de carnes rojas y vino, consumido con
moderación (1-2- copas/día) (8). Es a esta dieta, a la que se le reconoce
efectos beneficiosos en varios aspectos.
En las lipoproteínas séricas,
disminuye el colesterol total, el colesterol de baja densidad “malo” (c-LDL) y
aumenta el colesterol de alta densidad “bueno” (c-HDL). Incrementa la capacidad
antioxidante del organismo, eleva los niveles de vitamina C, E, betacaroteno y
los polifenoles. Reduce los niveles de presión arterial, lo que puede deberse a
que la dieta mediterránea tiene un aporte moderado de sodio y es abundante en
potasio y fibra.
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